Ubicada entre las montañas más altas de la isla, esta preciosa finca rural tradicional mallorquina es una de las pocas que quedan en la isla con estas vistas esplendidas. Situada en el municipio de Escorca, y situada a ras de cielo, ofrece un entorno único con los relieves de la Sierra de Tramuntana y vistas que llegan hasta el mar en el horizonte. La finca cuenta con un total de 250 hectáreas de terreno, con numerosos olivos, bosques de encinas y otros árboles y plantas autóctonas, así como su propia fuente de agua de manantial. La casa principal esta rodeada de varias terrazas y áreas planas, perfectas para disfrutar del silencio, paz, la privacidad y los paisajes increíbles. La casa principal se ha mantenido en muy buenas condiciones y conserva el estilo tradicional típico de las posesiones mallorquinas. La propiedad cuenta también con varios anexos adyacentes, hasta ahora con fines agrícolas que se podrán transformar para ampliar la superficie habitable de la casa principal, pudiendo llegar a unas 3 o 4 habitaciones más o unos estudios independientes, sumando en total unos 800 m2 construidos. Una oportunidad excepcional para los pocos privilegiados que buscan una propiedad extraordinaria en una ubicación impresionante con la garantía de absoluta privacidad. El buen estado actual de la propiedad y sus amplios volumenes construidos dan una excelente base para transformar esta gran propiedad en un hogar único. El lugar goza de paz y gran privacidad y conquistará a los amantes de la naturaleza en busca de una propiedad única en un lugar privilegiado y para privilegiados ansiosos de encontrar un lugar para desconectar del mundo moderno y ajetreado.